Los universitarios emocionalmente saludables no son perfectos ni están felices todo el tiempo, pero cultivan ciertos hábitos que les permiten mantener equilibrio, resiliencia y bienestar.
Repasemos los 10 hábitos de los universitarios emocionalmente saludables
Reconocen y aceptan sus emociones
- No reprimen lo que sienten, sino que lo identifican, lo nombran y buscan expresarlo de manera adecuada.
Ejemplo: Si sientes ansiedad antes de un examen, en lugar de ignorarla o forzarte a “estar bien”, puedes decirte: “Estoy nerviosa porque este examen es importante, pero eso no significa que no pueda hacerlo bien”.
Practican la autocompasión
- Se hablan con amabilidad, evitan la autocrítica excesiva y se permiten cometer errores sin castigarse.
Por ejemplo: Si suspendes un parcial, en vez de castigarte con pensamientos como “soy un desastre”, puedes pensar “me fue mal en este examen, pero es una oportunidad para mejorar mi forma de estudiar”.
Cuidan sus relaciones
- Mantienen vínculos sanos, saben poner límites y buscan apoyo cuando lo necesitan.
Ejemplo: Si una compañera de residencia quiere salir, pero tú necesitas descansar o estudiar, puedes poner un límite con cariño: “Hoy no puedo salir, pero ¿qué te parece si lo posponemos para este fin de semana?”.
Regulan el estrés
- Tienen herramientas como rezar, la respiración, la meditación, el ejercicio o hobbies que les ayudan a relajarse.
Por ejemplo: Cuando sientas presión por entregas, puedes darte una pausa de 10 minutos para caminar, escuchar música que te relaje o hacer ejercicios de respiración antes de seguir.
Son flexibles ante el cambio
- Enfrentan la incertidumbre con apertura y resiliencia, sin apegarse rígidamente a lo que no controlan.
Ejemplo: Si un profesor cambia la fecha de entrega de un trabajo y te desconcierta, respiras, reorganizas tu calendario y buscas adaptarte sin estresarte demasiado.
Viven con propósito
- Dedican tiempo a actividades que les dan sentido, como proyectos personales, voluntariado o metas a largo plazo.
Por ejemplo: Además de estudiar para aprobar, puedes preguntarte “¿cómo lo que aprendo en esta carrera me ayuda a lo que quiero aportar en el futuro?” y conectar con esa motivación más grande.
Cuidan su cuerpo
- Duermen lo suficiente, comen de manera equilibrada con el menú de la residencia y hacen actividad física regular, sabiendo que la salud física influye en la emocional.
Ejemplo: Aunque tengas exámenes, procuras dormir al menos 7 horas en vez de desvelarte varios días seguidos, porque sabes que el descanso mejora tu memoria y concentración.
Practican la gratitud y el optimismo realista
- Se enfocan en lo positivo sin negar las dificultades, y valoran lo que tienen.
Por ejemplo: Después de una jornada pesada, en lugar de quedarte sola con el cansancio, escribes tres cosas que agradeces (como haber entendido un tema difícil o compartir un café con unas compañeras).
Piden ayuda cuando lo necesitan
- Reconocen que no siempre pueden solas y buscan apoyo en amigos, familia o profesionales.
Ejemplo: Si te sientes muy abrumada, hablas con un pariente, una compañera, un profesor, una consejera o una psicóloga de la universidad en vez de quedarte sola con la carga emocional.
Se dan tiempo para ellos mismos
- Reservan espacios de descanso, disfrute y silencio, reconociendo la importancia del autocuidado.
Ejemplo: Aunque tengas tareas, reservas un rato a la semana para ver tu serie favorita, leer algo que te guste o hacer deporte, recordando que tu bienestar también es una prioridad para tu carrera y calidad de vida.
Puede interesarte el post: Qué es el pensamiento positivo y test
10 hábitos de los universitarios emocionalmente saludables, es un artículo de la residencia universitaría Inmaculada de Vitoria
Imagen de: https://www.freepik.es/